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08/09/2014

La precaria lucha contra el doping en el deporte uruguayo

Clubes sin médico, deportistas sin historia clínica, laboratorios sin recursos, profesionales sin control. Ese es el dramático panorama en el pseudo profesionalismo deportivo nacional. 
Álvaro Levín* / Sudestada / @alvarolevin

“Nos jugábamos un partido importante contra Bolivia en la Paz. Me preparé durante dos meses… El médico de la selección estaba preocupado porque yo andaba volando durante el entrenamiento previo, mientras mis compañeros arrastraban los pies. Entonces me hacen un examen de sangre para medirme los glóbulos rojos y resulta que tenía 52% de hematocritos. ¡Un disparate! ¡Tenía más glóbulos que los propios bolivianos! El doctor se asustó, le comentó al técnico (en aquel momento era Jorge Fossatti, el actual entrenador de Peñarol) y decidieron apartarme del plantel por miedo a que me pasara algo... ¡Igual te puedo decir que nunca perdí en la altura!”.

Casi diez años después de este episodio que protagonizó Darío Silva el 12 de octubre del 2004, el dopaje en el deporte está más desarrollado, con nuevas sustancias y metodologías. En Uruguay el tema genera resonancia pública cuando a algún jugador medianamente conocido como Darío Rodríguez o Santiago “Morro” García es protagonista de un caso de positivo. Sin embargo, en general poco se sabe sobre las condiciones en las que trabajan las sanidades de las instituciones deportivas así como en los mecanismos de contralor e información que se aplican.

Las presiones económicas, deportivas –y hasta políticas– justifican la utilización de sustancias, aseguró a Sudestada el ex futbolista Darío Silva, quien después de varios años de abandonar el fútbol está dando los primeros pasos en su carrera política dentro del Partido Nacional. “Para estar en la élite, hay que estar en la élite, y que lo entienda el que quiera. Cuando hay lesiones hay que hacer recuperaciones y por tanto había de todo... Yo me clavé muchísimas agujas en el brazo, pero eran recuperadores. Cuando jugás dos veces por semana estás a pleno y en mi caso que estaba en un equipo chico… No quiero decirte lo que puede ser el Real Madrid o el Barcelona, con Messi y compañía… Ellos juegan cien y pico de partidos (por año). Los mismos jugadores son los que piden la ayuda”, explicó Silva.

Los especialistas consultados comparten el diagnóstico: la realidad del dopaje en Uruguay está muy lejos de lo que puede ocurrir en el deporte de alta competencia en países desarrollados, como ocurrió con el ciclista estadounidense Lance Armstrong o su compatriota el velocista Tyson Gay. La realidad local muestra entre las causas de un doping “adverso” o positivo que, además de la intención de mejorar el rendimiento, también juegan la falta de información sobre la lista de sustancias prohibidas, la ingesta de suplementos sin supervisión, no respetar ni conocer los tiempos para recibir determinados compuestos y también el abuso de las drogas de carácter social.

Para mejorar el rendimiento deportivo, dirían los teóricos, se aconseja descansar, entrenar y alimentarse de forma balanceada. Ahora, en muchas personas vinculadas al deporte, esto no alcanza y a veces se necesita alguna “ayudita extra” para estar más fuerte, más ágil, más rápido, para recuperarse antes o para no sentir dolor. En algunos casos el resultado es un “positivo” que se olvida a los pocos meses pero en la mayoría las consecuencias aparecen con el tiempo y afectan la salud para toda la vida.

* Este reportaje fue el ganador del Segundo Premio del Concurso de Proyectos de Investigación realizado durante la Primera Conferencia Nacional de Periodismo de Investigación (Conpi)

Condiciones de trabajo


El caso de Darío Rodríguez del año 2013 donde el cuerpo médico y el personal de apoyo fueron quienes recibieron las sanciones más duras dejó planteadas un par de interrogantes: ¿quiénes controlan lo que realizan los médicos?, ¿qué tanto saben los deportistas sobre las sustancias que los médicos les recomiendan para que ingieran?

Si bien hay una especialidad denominada Medicina del Deporte, muchos de los cuerpos de sanidad de los equipos se conforman con traumatólogos; en algunos casos ni siquiera son profesionales. Como describe Gabriel Rijo, director técnico de la Mutual: “cuando estuve en Tacuarembó FC no teníamos médico para el plantel, y entonces por ahí aparece uno que era partero y dijo `yo algo entiendo de esto´, y así fue como conformamos el cuerpo médico”.

Las condiciones de trabajo para los deportólogos, en general, no son buenas. Exceptuando a unas pocas instituciones, la gran mayoría de los clubes apenas llegan a pagar las deudas cada mes, por lo que el sueldo del profesional no siempre es fijo y –como ocurre con los deportistas y resto del cuerpo técnico- la precariedad del trabajo es moneda corriente. La falta de infraestructura para las prácticas médicas también es una debilidad. Por ejemplo, el médico deportólogo Mateo Gamarra dijo a Sudestada que “cuando estaba en Rentistas haciendo mi pasantía quería hacer unas evaluaciones y no encontraba ningún espacio a utilizar que tuviera un ángulo recto uniforme para así colocar al deportista para tomar algunas medidas de su físico… terminamos realizando las evaluaciones en el baño”.

Otra carencia está en la falta de registro clínico de los deportistas. A su vez, tendría que haber un consultorio, del cual carecen casi todas las instituciones. “Si un jugador me quiere decir algo de forma privada, por ejemplo si consumió determinada sustancia o por si le da vergüenza alguna dolencia, muchas veces lo tenemos que hacer delante del resto del equipo, por tanto esa falta de privacidad te juega en contra a la hora de hacer un seguimiento”, comentó Gamarra a Sudestada.

La principal necesidad que cubre el médico deportólogo está en rehabilitar a los jugadores lesionados, por lo que se trabaja mucho más en reparar que en prevenir. Justamente, cada uno de los médicos que tiene cierto reconocimiento y trayectoria por lo general también tiene su clínica privada donde realiza tratamientos y consultas particulares, tales como la Clínica de Alfredo Rienzi, la de Carlos Voituret o los servicios particulares que presta el fisioterapeuta del Club Nacional de Fútbol Walter Ferreira, quien al mismo trabaja para la selección uruguaya de fútbol.

En el caso de la Mutual, los jugadores afiliados tienen el derecho de recibir atención de deportólogo, fisioterapeuta, nutricionista y psicólogo deportivo. La gran mayoría de los jugadores de los clubes se atienden allí, bajo la supervisión del doctor Mario Pagano, quien fue uno de los sancionados en el caso de Darío Rodríguez.

La supervisión sobre las prácticas médicas no existe más allá de que algún dirigente o coordinador deportivo consulte si está asistiendo el médico a las prácticas. Hay líneas éticas que están condensadas en los códigos del Sindicato Médico del Uruguay y también en el Colegio Médico, pero nada más. A la hora de recomendar una recuperación a un deportista éste último se entrega totalmente al deportólogo.

Al respecto, el médico Santiago Beretervide, fiscalizador de la Organización Nacional de Antidopaje del Uruguay (ONAU), aseguró que “en la práctica se da que el médico le indica al deportista lo que tiene que tomar sin explicarle qué es lo que le está dando. Lo vivimos muchas veces cuando le preguntamos al deportista durante el control antidopaje si tiene alguna sustancia que declarar y lo primero que hace es llamar al médico… queda claro que no se lo explicitó”

En sustancia


Según datos de la ONAU más de la mitad de los casos de doping positivo se deben a la utilización de estimulantes (cocaína, anfetamina, efedrina). En menor medida le siguen los esteroides anabólicos, los métodos prohibidos -no presentarse al control o adulterar la muestra- y el consumo de marihuana.

El presidente de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales, Enrique Saravia, dio su visión del tema desde la experiencia de haber jugado durante muchos años. “Yo nunca me dejé infiltrar… El tema lo percibís con los años. Conozco millones de jugadores con artrosis… los ves de lejos y no pueden ni caminar y todo por haber querido jugar como sea. Si no sos un poco inteligente marchás… Tenes que pensar que la vida sigue y el fútbol se termina… Vos vivís hasta los 70 años y el fútbol a los 35 ya te está aprontando la retirada”.

Los médicos consultados coincide en que la infiltración es una práctica muy común pero que la decisión es del deportista, ya que uno de los peligros que se asume es que se profundice la lesión. Se le aplica una dosis de corticoides y lidocaína, cuyos efectos son adormecer y desinflamar respectivamente la zona, lo cual permite que el deportista “no sienta” el dolor.

Otro punto de preocupación para los profesionales consultados refiere a la automedicación. La falta de información respecto a la lista de sustancias prohibidas ha llevado a que los deportistas consuman suplementos que poseen sustancias contaminantes o que son perjudiciales para la salud. “Es algo imposible de controlar, ya que van a la vuelta de la esquina y tienen lo que quieren. Tenemos varios jugadores que están completamente anabolizados, te das cuenta con sólo mirarlos”, aseguró Fernando Chávez, preparador físico de la Mutual, quien mantiene entrenando a aquellos jugadores de fútbol que han quedado sin equipo.

En Uruguay no existe un control riguroso sobre la venta de estos suplementos, que son de fácil acceso en Internet a través de Facebook o Mercado Libre. Sin embargo, en otros países de la región la situación es bien diferente. Por ejemplo, en febrero pasado la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil prohibió cuatro productos al constatar que podían generar daños a partir de su consumo: Isofast, Alert 8-Hour, Carnivor y Probolic .

Por otro lado, las drogas de abuso social como el alcohol, cocaína y marihuana aparecen recurrentemente en los resultados positivos. Más allá de que no se usan con el fin de mejorar el rendimiento deportivo, están penadas al ser perjudiciales para la salud, y una de las principales novedades es que el año pasado se aumentó el umbral de tolerancia respecto a la marihuana (tetrahidrocanabinol), pasando de 15 a 150 nano gramos por mililitro de orina. Beretervide, fiscalizador de la ONAU, explicó que también es común la “utilización de sustancias enmascarantes, que por lo general son diuréticos, los cuales buscan estimular la producción de orina antes de la competencia permitiendo que no se visualice otra sustancia prohibida”.

Vigilar y castigar




Desde el mes de setiembre del 2012 la Fundación Deporte Uruguay es la que controla el sistema antidopaje tras la creación de la ONAU. Esta puso en circulación a partir de julio del 2013 las normas antidopaje que se encuentran en consonancia con el Código Mundial elaborado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA).

Durante mucho tiempo el Ministerio de Turismo y Deporte (MTD) desde el Centro Médico Deportivo era el organismo que actuaba como contralor en la materia. El cambio de figura se realizó para que el país pudiera cumplir con la normativa internacional que solicita la AMA para la aceptación de su Código Mundial Antidopaje.

Desde 2005 Montevideo es una de las cuatro oficinas regionales que tiene la Agencia Mundial Antidopaje en el mundo. La sede está en la Torre II de World Trade Center, oficina 712, y ejerce el cargo de directora la profesora en Educación Física María José Pesce Cutri. Actualmente la Fundación Deporte Uruguay está integrada por representantes del Comité Olímpico Uruguayo (COU) y el MTD; quienes integran actualmente su consejo directivo son el director nacional de Deportes Ernesto Irurueta, el teniente general retirado Jorge Rosales y el médico Federico Perroni.

Este organigrama permite comprender que al plegarse a los estándares de la AMA, Uruguay debe cumplir con requisitos de infraestructura, educación y control en la lucha antidopaje. En caso de no hacerlo el organismo mundial tiene sanciones previstas. Recientemente una de las principales controversias que enfrentó la Agencia Mundial tuvo que ver con las irregularidades detectadas en Jamaica respecto a los controles sobre sus los atletas. Una de las posibles sanciones para la isla es que sus deportistas no puedan competir en los próximos juegos Olímpicos que se realizarán en Rio de Janeiro en 2016.

En Uruguay se realizan entre 200 y 300 controles antidopaje por año, lo cual es escaso para la cantidad de deportes que deberían controlarse. Según datos de la ONAU, en el año 2013 los deportes más controlados fueron: Basquetbol (37), Fútbol (36), Ciclismo (29), Natación (13), Rugby (12) y Judo (12).

Cada uno de los frascos donde se deposita la orina cuesta alrededor de 35 dólares y la Fundación Deporte Uruguay importa alrededor de 500 por año. Tomando en cuenta el envío de las muestras hacia el laboratorio ubicado en Madrid, el costo de cada análisis es cercano a los 250 dólares, monto que se le cobra a los deportistas que dan positivo en la primera muestra si desean abrir la muestra “b”.

Infracciones y sanciones

El Sistema de administración y manejo antidopaje (ADAMS, por su sigla en inglés) es una herramienta de manejo de bases de datos a través de internet para introducir información, almacenarla, compartirla y elaborar informes con el fin de ayudar a las organizaciones antidopaje y a la AMA en sus actividades contra el antidopaje junto con la legislación relativa a la protección de datos.

Allí es donde se centraliza la información surgida de los controles, que pueden arrojar la siguientes sanciones en función de la gravedad de la infracción cometida.

1 – Infracción: Presencia de una sustancia prohibida.
Sanción: Suspensión de 2 años

2 – Infracción: Uso o intento de uso de una sustancia o método prohibido.
Sanción: Suspensión de 2 años

3 – Infracción: La negativa o resistencia sin justificación válida a tomar la muestra.
Sanción: Suspensión de 2 años

4 – Infracción: El incumplimiento de los requisitos sobre disponibilidad y ubicación del deportista para los controles fuera de competencia.
Sanción: Suspensión de 1 a 2 años.

5 – Infracción: Falsificación o intento de falsificación de cualquier parte del procedimiento del control de dopaje.
Sanción: Suspensión de 2 años.

6 – Infracción: Posesión de sustancias y/o métodos prohibidos.
Sanción: Desde una amonestación a una suspensión de 2 años.

7 – Infracción: Tráfico o intento de tráfico de sustancias prohibidas y métodos prohibidos.
Sanción: Suspensión mínima de 4 años y máxima de por vida.

8 – Infracción: Administración o intento de administración de una sustancia o método prohibido o bien la asistencia, incitación, instigación, encubrimiento o cualquier otro tipo de complicidad en relación con una infracción de las normas antidopaje.
Sanción: Suspensión mínima de 4 años y máxima de por vida.

Lo que no se puede tomar

Lista de Sustancias Prohibidas by Sudestada - Periodismo y transparencia




Las normas que se aplican en Uruguay

Normas Antidopaje de la ONAU by Sudestada - Periodismo y transparencia

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