El esquema uruguayo del lavado de dinero descubierto gracias a la operación Lava Jato sigue creciendo. Al menos tres empresas locales y dos casas de cambio se suman a dos offshore panameñas en Montevideo
Fabián Werner y Pablo Alfano / Sudestada
Waterford Assets Inc. es una sociedad anónima creada en Panamá, con sede en Montevideo, que apareció como sospechosa para los investigadores de la operación Lava Jato, el escándalo de corrupción más grande de la historia de Brasil. Es que esta empresa creada el 16 de noviembre de 2006 genera interés debido a que también está presidida por el enigmático Vinicius Claret Vieira Barreto, principal indagado en el capítulo uruguayo del caso.
El brasileño puso como sede de la offshore al momento de su creación una oficina en la calle Eduardo Blanco Acevedo 1948, en el barrio de Carrasco. Curiosamente, Vinicius Claret desapareció de esa empresa menos de un año después, el 14 de noviembre de 2007, y traspasó la presidencia a Heriberto Ortega, un testaferro que figura en más de 1770 empresas y 120 fundaciones panameñas.
Pero cuatro años después, cuando ya estaba en pleno proceso la operación de blanqueo de activos del exgobernador carioca Sergio Cabral, la empresa Waterford volvió a manos de Vinicius Claret. El traspaso se produjo en Panamá, en ausencia del cambista brasileño, el 20 de julio de 2011, pero la sede de la empresa volvió a Montevideo, al exclusivo barrio de Carrasco. El domicilio de la offshore panameña se fijó en una casa en la calle Ernesto Leborgne, el mismo lugar donde el empresario constituyó otros negocios, como una empresa de venta de “hosting” para páginas de internet.
Sudestada intentó comunicarse al teléfono que figura en esta última empresa pero el número fue cambiado y ya no funciona más allí. Lo mismo ocurrió con la sede de la empresa Paddle Boards SRL, que tenía su sede en la torre 3 del World Trade Center junto con la financiera Sterci, que también es de Vinicius Claret. Ahora sólo este último negocio funciona en el complejo de oficinas lindero al Montevideo Shopping Center.
Colaboración judicial
Las autoridades brasileñas y uruguayas comenzaron a trabajar en conjunto hace tiempo para investigar una de las mayores redes de lavado de dinero procedente de Brasil y pusieron foco tanto en Montevideo como en Punta del Este. Es que la ruta de los “doleiros” (cambistas que se encargaban de lavar el dinero generado por las coimas de la petrolera) puede seguirse hasta las dos ciudades uruguayas.
Todo comenzó cuando fue descubierto el esquema utilizado por el exgobernador de Rio de Janeiro, Sergio Cabral, actualmente preso en la cárcel de Bangú, para blanquear cerca de 100 millones obtenidos de forma ilegal por las coimas de la petrolera Petrobras. En ese complejo esquema también aparece involucrado el millonario Eike Batista, quien también se encuentra preso.
Uno de los protagonistas de esta historia de corrupción multinacional está radicado hace años en Uruguay, con residencia, cédula uruguaya y un negocio de fachada dedicado a la venta de tablas de “stand up paddle”, pero con fuertes actividades financieras,
según reveló Sudestada.
Allí apareció Vinicius Claret Vieira Barreto, un desconocido empresario a quien la Justicia investiga en Brasil y en Uruguay por su papel como “doleiro” del dinero de Cabral. Pero según pudo confirmar Sudestada, Vieira Barreto, conocido en el esquema de blanqueo por el seudónimo de “Juca Bala”, tiene además fuertes vínculos con otro de los indagados en la causa: el abogado uruguayo Oscar Enrique Algorta Rachetti.
Propietario de un estudio jurídico y dueño de unas 180 empresas offshore en Uruguay y en Panamá, Algorta aparece en las investigaciones de la Operación Calicute, una de las derivaciones de la inicial operación Lava Jato (ya existen expedientes diversos en Rio de Janeiro, San Pablo y Brasilia, además del original surgido en Curitiba).
Ahora, los investigadores descubrieron que una secretaria del abogado, María Esther Campa Solaris, figuraba como titular de una cuenta en el banco Pictet & Cie, con sede en Ginebra, donde Cabral tenía escondido unos 100 millones de dólares. Algorta también es acusado de haber colaborado con el ex director del área Internacional de Petrobras Néstor Cerveró, a quien le facilitó la gestión de la empresa Jolmey SA.
Ahora también se sabe que Algorta compro un apartamento en la calle French, en el barrio uruguayo de Carrasco, por más de un millón de dólares, según informó
La Diaria. El matutino informó que el Ministerio Público Federal de Brasil cursó la solicitud de cooperación internacional en materia penal hacia Uruguay el 31 de agosto de 2015 por la acusación de lavado de activos contra Algorta. En cumplimiento de ese pedido el abogado compareció el 1º De diciembre de 2015 y negó su vinculación con el caso.
Amenazas entre lavadores
A pesar de los intentos del abogado por deslindar su responsabilidad en el asunto, una carta enviada a su nombre reforzó las sospechas de que el abogado integra una organización dedicada al envío de remesas secretas desde Brasil. En el documento, fechado en 2013, se señala que el operador financiero brasileño Enrico Vieira Machado acusó a un ex socio, el “doleiro” Dario Messer, de operar en la “mayor red de lavado de dinero" de Brasil.
Estas operaciones de Messer se realizaron a través de dos casas de cambio uruguayas “una conducida de forma legal para dar cobertura a la otra, mayor y de dimensiones multinacionales, que es llevada adelante de manera totalmente ilegal, tanto en Uruguay como en otros países”, señala la carta publicada por el diario
O Globo.
Además, Enrico Machado, quien disolvió su sociedad con Messer en 2013, afirmó en esa carta que tres empresas uruguayas, Doucet, Blostock y Greenwood, eran utilizadas para lavar el dinero proveniente en Brasil. La carta fue remitida el 18 de diciembre de 2013 en respuesta a otro documento autenticado por Algorta un día antes, en su condición de director de una empresa de Messer, Cito Overseas LTD, una de las 180 empresas offshore del abogado uruguayo.
Machado acusa en la carta a cuatro brasileños como los responsables por las operaciones de Messer en Uruguay: “Toni, Vinicius, Najun e Sergio”. Por esa razón, se cree que uno de ellos es Vinicius Claret Vieira Barreto, conocido como “Juca Bala”.
Ahora surge también en el complejo esquema una empresa panameña con sede en el barrio de Carrasco, en Montevideo. La offshore Waterford Assets Inc fue creada en 2006 por el mismo estudio que creó Sabra, la otra empresa caribeña que comparten los dos protagonistas del capítulo uruguayo de Lava Jato: Vinicius Claret Vieira Barreto y Oscar Enrique Algorta Rachetti.
Obstáculos a la investigación
La sorpresiva muerte del secretario general de la Secretaría Nacional de Lucha contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo Carlos Díaz puede afectar el desarrollo de la colaboración entre Uruguay y Brasil para perseguir a los responsables del lavado de dinero brasileño en nuestro país.
Según supo
Sudestada, Díaz se encontraba en los últimos días muy involucrado en el seguimiento de las informaciones que se publicaban en ambos países sobre el asunto y había comenzado a reunir datos adicionales que permitieran dar un trámite rápido a las investigaciones cuando se acelerara el trabajo de intercambio por el pedido de colaboración de la Justicia brasileña.
Este es el segundo obstáculo que se pone en pocos días al avance de la indagatoria sobre el capítulo uruguayo de Lava Jato. El primero, pocos días antes, había sido la sorpresiva renuncia de la fiscal del Crimen Organizado María Camiño, quien por razones de salud pidió su traslado. Ahora quien ocupa su lugar es Luis Pacheco, quien deberá interiorizarse de la voluminosa causa para continuar con la investigación y responder a posibles pedidos de colaboración desde Brasil. Pacheco es el tercer fiscal que se hace cargo del caso, luego de la salida de Juan Gómez y Camiño.