El Espacio 567 y Casa Grande solicitan al Poder Ejecutivo y el Parlamento poner “la salud de la población y la conservación del ambiente por sobre intereses de grupos económicos”
La Comisión para la Gestión del Riesgo (CGR) del Gabinete Nacional de Bioseguridad informó que se abrió un período de consulta pública para introducir el evento transgénico trigo HB4-PAT para ensayos a campo y del Instituto Nacional de Semillas (INASE). Los informes técnicos están en la página web del Sistema Nacional de Bioseguridad desde el 3 de junio de 2019 hasta el próximo lunes 17.
La variedad HB4-PAT fue desarrollada por la empresa argentina de biotecnología Bioceres, a través de Trigall Genetics, una alianza comercial con el grupo empresarial francés Florimond Desprez que se instaló en América del Sur con la finalidad de desarrollar y comercializar variedades de trigo con biotecnología.
Con la tecnología HB4 las plantas tienen una tolerancia superior en períodos de sequía y un rinde mucho mayor. Como diferencial, este gen mejora la capacidad de adaptación de las plantas a situaciones de estrés, sin afectar su productividad, asegura la empresa Bioceres.
El anuncio del Sistema Nacional de Bioseguridad sobre la evaluación del evento transgénico en trigo HB4-PAT para ensayos a campo y de INASE “contradice la dirección que proponen las bases programáticas del Frente Amplio, resultado del trabajo de compañeros ratificado en el último congreso del FA, realizado en diciembre de 2018”, señala un comunicado firmado por el Espacio 567 y Casa Grande.
El programa de gobierno del FA para el período 2020-2025 se plantea implementar una “Estrategia Integrada de Ambiente y Salud” que “busca mejorar la salud y la calidad de vida de la sociedad, estableciendo criterios que permitan fortalecer la capacidad de control sobre la aplicación de agroquímicos promoviendo legislación y normativa que integre las competencias del Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente para proteger la vida por sobre intereses económicos”
En la página 41 del programa se plantea como política de ambiente “revisar y fortalecer los criterios y procedimientos para la evaluación de organismos genéticamente modificados y la regulación de su uso a través de la aprobación e implementación de una Ley de Bioseguridad que incluya los nuevos desafíos de la ingeniería genética. Establecer una moratoria a la aprobación de nuevos eventos en tanto no se apruebe dicha ley”.
Los dos sectores del FA señalan que “los eventos transgénicos son parte de un paquete tecnológico que incluye el uso de herbicidas sintéticos y otros agroquímicos que afectan la salud humana, la calidad de los suelos y el agua”.
El documento indica que varios estudios nacionales e internacionales demuestran que el modelo de agricultura industrial intensiva que utiliza este tipo de tecnología “resulta en el empobrecimiento y erosión de los suelos y la contaminación de las aguas”. Además, el uso de organismos transgénicos “afecta la biodiversidad ya que contaminan las semillas nativas y pone en riesgo la soberanía alimentaria desplazando cultivos destinados al autoconsumo”.
“El HB4-PAT es resistente al herbicida glufosinato de amonio que está en la lista de plaguicidas altamente peligrosos de la Red de Acción en Plaguicidas y se considera tóxico por parte de la Unión Europea”, afirma el comunicado que llama “a los parlamentarios y a las autoridades de gobierno a aplicar el principio precautorio como lo establece nuestra Constitución, poniendo la salud de la población y la conservación de nuestro ambiente por sobre intereses de grupos económicos”.
El Espacio 567 y Casa Grande convocan también a “un amplio debate social sobre el modelo actual de producción industrial de la agrobiotecnología, que incluya a diversos actores sociales (de la educación, trabajadores rurales, consumidores, productores, académicos, trabajadores y usuarios del sistema de salud, entre otros), con el propósito de explorar y promover alternativas para un cambio”.