Vecinos y académicos cuestionan el informe oficial sobre la recientes muertes de peces en el río Santa Lucía que señala que podría haber sido provocada por las bajas temperaturas
Víctor L. Bacchetta
En los primeros días del mes de setiembre varios vecinos reportaron la aparición de numerosos peces muertos en el río Santa Lucía sobre todo a la altura del puente viejo, sobre la ruta 11. Eran peces de mayor tamaño, bogas y sábalos, que presentaban un fuerte color rojizo entre las branquias y las escamas.
Técnicos de distintos organismos extrajeron muestras de estos peces muertos para ser analizadas. En noviembre, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) publicó un informe de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara) y el Instituto de Investigaciones Pesqueras (IIP) de la Facultad de Veterinaria.
"No se pudo establecer una causa directa que explique la mortandad", afirmaron la Dinara y el IIP, pero descartan "causas localizadas como la afectación puntual por uso de agroquímicos", aludiendo a una ocurrencia similar en el río Uruguay, y concluyen que la mortandad podría deberse a la "exposición a bajas temperaturas"(sic).
La atribución de la mortandad de peces a bajas temperaturas, utilizada con frecuencia en las explicaciones oficiales, no dejó satisfechas a organizaciones que hace tiempo que vienen observando el río, como la Asamblea por el Agua del Río Santa Lucía, e incluso generó comentarios críticos desde otras áreas de la academia.
Para la Asamblea por el Agua del Río Santa Lucía que se haya producido una mortandad similar en otro punto del país no alcanza para descartar el modelo productivo como causa del fenómeno, ya que ese modelo es el mismo en todos lados. Además, asegura que el informe no describe cuáles fueron los análisis realizados en el agua.
El doctor Marcelo Loureiro, investigador del Instituto de Biología de la Facultad de Ciencias, considera también que el argumento de la Dinara y el Instituto de Investigaciones Pesqueras para descartar el efecto de los agrotóxicos no es válido. "La producción actual de soja, trigo y otros granos es regional y por tanto el uso de esos compuestos es regional", afirma.
"Al no tener datos sobre la presencia de herbicidas u otros contaminantes en el agua no se puede descartar que hayan tenido algo que ver", agregó Loureiro. Uno de los firmantes del informe de la Dinara, Alfredo Pereira, es coautor de un trabajo sobre la presencia de residuos de pesticidas en peces de Uruguay a escala regional.
Desde la organización social se indicó también que eventos de frío se han registrado históricamente en la zona sin que hayan tenido esas consecuencias. Tanto para la Asamblea del Santa Lucía como para otros técnicos consultados, el informe de la Dinara y el Instituto de Investigaciones Pesqueras pretende sacar una conclusión sin ir al fondo de la cuestión.
"Lo que pude determinar es que tenían una necrosis en los tejidos, una enfermedad que se da mucho en los peces cuando están bajo condiciones de estrés", afirmó el doctor en ciencias biológicas José Langone, del Museo Nacional de Historia Natural y Antropología, que lleva 30 años trabajando en la cuenca del río Santa Lucía.
"En estos casos, uno puede determinar que el animal tiene ese tipo de enfermedad, pero lo que pasa es que tiene una disminución del sistema inmunológico. Se sabe que hay una cantidad de productos químicos en el ambiente que pueden provocar eso, no solo en los peces, también en los anfibios", agregó el investigador.
Langone explicó a Sudestada que este tipo de situaciones es mucho más difícil de determinar por ser procesos de largo plazo que no se pueden resolver con el análisis de una única muestra. "Para ir más a fondo hay que hacer otra clase de estudios, hay que ir tanto a la parte fisiológica como química de los animales", afirmó.
"A veces, estos estudios van en contra de la filosofía que hace mucho tiempo tienen organismos estatales muy flechados hacia la producción. Se resisten si hay algo que va en contra de esa filosofía de producir cada vez más", comentó el biólogo del Museo Nacional advirtiendo los problemas para hacer esas investigaciones.
"Hay estudios que relacionan la concentración aún mínima de glifosato en el agua con este tipo de enfermedades. Pero sabemos que cuando empezamos a hablar de los productos químicos de la llamada revolución verde, entramos en conflicto con el que yo llamo 'superministerio' de Ganadería, Agricultura y Pesca", concluyó.
Cuando se registró un caso semejante en el río Uruguay, el viceministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Jorge Rucks, dijo que hay parámetros que no se miden. “Seguramente hay parámetros que todavía no se están considerando en los controles y pueden ser la causa de la mortandad de peces”, sentenció.
“La información que recogemos no mide muchas cosas, como los plaguicidas provenientes de la actividad productiva en ambas márgenes del río Uruguay”, comentó Rucks. Y agregó: “el mal uso de los agroquímicos está generando problemas sobre los recursos hídricos en todo el país, en el río Uruguay como en el río Santa Lucía”.
Las autoridades son conscientes de la situación, pero la subdivisión de competencias y la defensa de sus fueros entre los organismos del estado posterga la solución de los problemas y estos se agravan. Es notoria la diferencia de enfoques entre el área de medio ambiente, por un lado, y la de ganadería, agricultura y pesca, por el otro.
A pesar de haber incluido en el Plan Nacional de Aguas un programa dedicado al Fortalecimiento y Coordinación Institucional, de haber creado la Secretaría Nacional de Ambiente, Agua y Cambio Climático y el llamado Sistema Nacional Ambiental con la misma finalidad, la coordinación institucional brilla por su ausencia.