La denuncia de desaparición de Rafaela Fillipazzi fue presentada en 2014 ante la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente. Cartas de la detenida reflejan la coordinación represiva.
Identificaron este martes 30 en Asunción, los restos de los dos primeros desaparecidos de la dictadura paraguaya en el marco del Plan Cóndor, coincidiendo con el Día Internacional del Detenido Desaparecido. La mujer, Rafaela Giuliana Fillipazzi, era una ciudadana italiana radicada en Argentina que había sido secuestrada en Montevideo a finales de junio de 1977.
La otra persona identificada fue Miguel Ángel Soler, un ciudadano paraguayo quien permaneció desaparecido durante 40 años y nueve meses. Según la información que se había difundido por parte de las organizaciones de derechos humanos en Paraguay, Soler fue secuestrado de su casa por la Policía del régimen dictatorial de Alfredo Stroessner, luego de haber sido perseguido durante años por su militancia clandestina en el Partido Comunista Paraguayo. Para lograr su identificación, los restos fueron comparados con muestras de ADN de un hijo y una hermana.
El caso Fillipazzi
La desaparición de Fillipazzi se produjo cuando se encontraba en el Hotel Hermitage, en el barrio de Pocitos de Montevideo. Según el documento elaborado por la
Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente, la desaparición es atribuida a la policía paraguaya actuando en Montevideo en coordinación con las fuerzas represivas uruguayas, en el marco del Plan Cóndor.
Según este organismo de la Presidencia de la República, Filipazzi y su pareja, el ciudadano argentino José Potenza, se encontraban radicados en Argentina en 1977 y militaban en el Partido Socialista argentino. Ambos viajaron a Uruguay ese año luego de pasar por Paraguay y Brasil. Una vez en Montevideo fueron secuestrados y estuvieron detenidos hasta el 9 de julio, cuando fueron trasladados a Asunción.
Este viernes 9 de setiembre también se confirmó la identificación de Potenza en el mismo procedimiento de búsqueda.
“Del hotel Hermitage, en Montevideo, se los llevaron por la fuerza a Paraguay. El siempre decía que iba a morir joven”, dijo Silvia, hija de Potenza, al
diario argentino Página 12. Según se informó durante una conferencia de prensa realizada en Asunción, Potenza era músico multiinstrumentista. Ejecutaba el acordeón, el piano, la batería y el órgano. Había nacido en la Capital Federal, Argentina, militaba en el peronismo y trabajaba en el archivo del Congreso argentino.
Durante el cautiverio clandestino, la mujer fue obligada a enviarle cartas a su amiga Cecilia Benac hasta noviembre de 1977 a través de un supuesto policía que se hacía llamar Hermino Capurro, pero cuyo verdadero nombre sería Dionisio Orrego Limpio, según escribió Benac en junio de 1978 a la madre de Fillipazzi. En las cartas a su amiga Benac la secuestrada no habla de su detención sino de una "internación" en una clínica uruguaya luego de un accidente que habría sufrido el 27 de junio en Montevideo. Dice que le encontraron una extraña enfermedad "que no tiene explicación fundamental" y que el 9 de julio fue traslada en avión a otra clínica en Paraguay. (Leé los textos en el documento adjunto)
El hallazgo del cuerpo de Filipazzi se produjo gracias al trabajo de un equipo de búsqueda liderado por Rogelio Goiburú entre 2006 y 2013, publicó el diario asunceño
ABC Color. Estaba enterrado en el predio de la Agrupación Especializada de la Policía de Asunción, un lugar conocido como la Agrupación de Seguridad durante la dictadura de Stroessner que funcionó como centro clandestino
Los encargados de realizar los trabajos de comparación genética que permitieron la identificación de estas dos personas forman parte del Equipo Argentino de Antropología Forense. La identificación fue posible gracias al cotejo de la información genética del cuerpo con la de dos hijos de la mujer.