Tiempo estimado de lectura:
13/08/2018

El shock y la renuncia de Valdez

Era jueves 26 de julio. Wilmar Valdez tenía pactadas reuniones con varios clubes del fútbol uruguayo, para proseguir su campaña para ser reelegido como presidente de la AUF.
Entonces recibió una llamada del periodista deportivo Julio Ríos, quien lo invitó a su casa, para darle una información que no le detalló. Le aclaró que en el encuentro estaría uno de los otros candidatos, Arturo Del Campo.

Apenas llegó, tras los saludos habituales, le hicieron escuchar en el teléfono de Del Campo, dos audios guardados en la aplicación Whatsapp. En el primero se escuchaba la voz de Valdez, en diálogo con Walter Alcántara, acusando al Ministerio del Interior de querer una “cometa” en la licitación del Sistema de Videovigilancia y Control de Acceso por Reconocimiento Facial que, según ese audio, ya estaría definida, sin nombrar al supuesto beneficiario.

En el segundo audio, se escuchaba la voz de uno de los socios de Alcántara, el griego Demetrio Kagioglou, acusando a Valdez de ingratitud por no haber ayudado a su amigo quien, según decía, le había dado al entonces presidente de la AUF una coima de 35 mil dólares por la instalación de las luces del estadio de Defensor
Sporting.

Según fuentes cercanas a Valdez, al escuchar esos audios, el ex hombre fuerte del fútbol uruguayo se desplomó en el sillón. “Estaba en shock”, dijo posteriormente. Además del temor a las consecuencias que eso iba a tener contra su imagen, tenía frente a sí a un conocido hombre de los medios.

Fue ahí que decidió renunciar. Según las fuentes cercanas a Valdez, fue entonces que Ríos le ofreció hacerlo en su programa “Punto Penal”, el domingo siguiente, a cambio de no revelar esos audios.

Tres días después de la reunión y frente a las cámaras de Canal 10, Valdez anunció su renuncia. Argumentó que lo hacía por motivos familiares.

Cuando Ríos lo consultó sobre “supuestos audios”, respondió que ese no era “un tema determinante en esta decisión”, y pidió que no hubiera “especulaciones”.

“Escuché solo un audio y me arrepiento de haberle dicho a una persona ciertas cosas en determinado contexto. Hay veces que uno en el fragor de la lucha no se da cuenta lo que dice. En definitiva uno es un ser humano. Eso es la vida”, dijo Valdez. “Alguien me grabó. Son los tiempos que corren. Todos estamos expuestos a estas cosas y en algún momento se paga. Se paga acá o allá arriba. Nadie es infalible yo tampoco, hago cosas bien y mal como todo el mundo. Esa es la conclusión”, agregó.
Aliados de Sudestada