Darío Messer fue detenido en San Pablo luego de 16 años prófugo. Es el líder del grupo que integraban los doleiros detenidos en Montevideo en 2017
Documento de identidad falso encontrado en poder del doleiro Darío Messer. Foto: Policía Federal de Brasil.
Fabián Werner / Sudestada / @fwernerv
El operativo que permitió la captura del doleiro Darío Messer este miércoles 31 en San Pablo llevó el nombre “Rock City” y contó con la participación de 120 policías federales, con la orden de ejecutar un mandato de prisión preventiva (contra Messer), cinco mandatos de prisión temporaria y 33 mandatos de búsqueda y aprehensión en 15 municipios de cinco estados brasileños
Messer, que había elegido a Uruguay como su centro de operaciones, está acusado en Brasil de ser el principal responsable del lavado de 1.652 millones de dólares a través del más de tres mil empresas offshore con sede en 52 países. A su vez en Paraguay enfrenta los cargos de lavado de dinero y asociación criminal.
Su captura se produce después de 16 años de huida por varios países de América Latina, hasta que finalmente se alojó en Paraguay, donde fue cobijado por el expresidente Horacio Cartes, quien por ese entonces ya era un famoso y cuestionado empresario tabacalero.
Darío Messer con su amigo, el expresidente paraguayo Horacio Cartes.
Para continuar con sus maniobras millonarias de lavado de dinero, Messer había montado una compleja estructura que tuvo a Uruguay como pieza fundamental. Varios de los miembros de su banda vivieron durante años en nuestro país, especialmente Montevideo y Punta del Este, y desde aquí realizaban transferencias bancarias, abrían sociedades fantasma y blanqueaban activos.
Los datos que permitieron conocer la forma de proceder de Messer y cómo se conformó la red se lograron gracias a la colaboración de dos de sus integrantes, los cambistas Vinicius Claret Vieira Barreto (alias “Juca Bala”) y Claudio Fernando Barboza (alias “Tony”), quienes fueron detenidos en Uruguay y extraditados a Brasil a finales de 2017.
Juca Bala y Tony participaron del esquema que había utilizado el exgobernador de Rio de Janeiro Sergio Cabral para lavar decenas de millones de dólares de sobornos cobrados durante su gestión al frente del gobierno carioca).
Cabral tomó contacto con Juca Bala y Tony a través de sus dos doleiros “personales”, los hermanos Renato y Marcelo Hasson Chebar, quienes admitieron sus limitaciones para blanquear dinero negro y decidieron “tercerizar” la maniobra y recurrir a la red que lideraba Messer y tenía a Juca Bala y Tony como sus dos operadores en Uruguay.
Antes que Messer, Juca Bala y Tony cayeron otros integrantes de la banda, pero varios de ellos lograron evadir la cárcel a pesar de las contundentes pruebas en su contra.
Ese fue el caso de Chaaya Moghrabi (también conocido por los sobrenombres de Yasha o Monza) un miembro de la banda de Messer que fue detenido en la mañana del miércoles 3 de abril en el aeropuerto de Carrasco a pedido del juez brasileño Marcelo Bretas, quien tiene a su cargo la causa de la investigación “Lava Jato” en Rio de Janeiro.
Moghrabi hacía negocios de cambio de divisas y lavado de dinero desde 2006 con los principales operadores de la red en Montevideo, “Juca Bala” y “Tony”.
Interfase del sistema Bankdrop, que la banda de Messer utilizaba para registrar las transferencias ilegales de dinero.
También fueron detenidos en Montevideo el año pasado los doleiros brasileños Jorge Davies Cellini de 59 años, nacido en Río de Janeiro y residente en Uruguay desde 2003, y su hermano Raúl Fernando Davies Cellini, de 48 años, nacido en Río de Janeiro y residente en Uruguay desde 2012. Junto a ellos la policía también detuvo a los uruguayos Francisco Muñoz Melgar de 36 años, quien vivió en Brasil y regresó a Uruguay en 1998, y Raúl Alberto Zóboli Pegazzano de 53 años, quien volvió al país en el 2003. Ambos tienen ciudadanía brasileña.
Estos cuatro miembros de la banda de Messer fueron detenidos en Montevideo en mayo de 2018 en el marco de la denominada operación “Cambio. Desligo” (Cambio y fuera), que se desarrolló de manera simultánea en cinco estados brasileños, Paraguay y Uruguay.
Cuando se confirmó la detención de los doleiros en Montevideo de inmediato se accionó el proceso de extradición desde Brasil. Sin embargo, en octubre del año pasado la Jueza María Helena Mainard decidió no conceder la extradición, a pesar de los informes remitidos por la justicia norteña.
Largo prontuario de brasileños y uruguayos
Darío Messer en el momento de su detención, este miércoles en San Pablo. Foto: Policía Federal de Brasil.
Los dos brasileños que fueron detenidos en mayo de 2018 en Montevideo, los hermanos Jorge y Fernando Davies Cellini, tienen un largo historial vinculado a investigaciones judiciales por lavado de activos. En la prensa brasileña se los hizo populares como "os doleiros do Lindinho", en referencia al exdirector del Área Internacional de Petrobras, Néstor Cerveró, preso en Brasil por corrupción desde 2015.
De hecho, ambos aparecían en la denuncia penal que presentó el Banco Central del Uruguay en ese año contra la sociedad de Bolsa Interbaltic, por su asistencia al lavado de dinero de Cerveró. Esta denuncia fue archivada en 2017 por el fiscal del crimen organizado Luis Pacheco, quien no encontró mérito para continuar con la indagatoria.
Jorge Davies Cellini actualmente es director de la offshore panameña "Champor Corp", abierta el 16 de julio de 2005 por el estudio Arias, Fabrega & Fabrega. En 2015, cuando todavía era reciente la suspensión dispuesta por el BCU contra Interbaltic, el diario carioca O Globo le dedicó una columna editorial en la que destacó:
“Controlada por el financista Jorge Davies Cellini, Interbaltic fue en los últimos ocho años uno de los vértices de las triangulaciones financieras internacionales para el pago de propinas a políticos brasileños. Uno de sus clientes era Julio Camargo, intermediario de proveedoras de Petrobras como las japonesas Mitsui y Toyo, y la coreana Samsung”. Las tres empresas están investigadas por pagar coimas.
En tanto su hermano Raúl Fernando Davies Cellini, es el presidente de la sociedad fantasma con sede en Panamá "RFD Proyectos y Participaciones", una offshore fundada el 23 de enero de 2013 por el estudio Posadas y Vecino Management (la sucursal caribeña del bufete uruguayo) y allí comparte el directorio con dos empleados del prestigioso estudio oriental, el abogado Luis María Piñeyrúa Pittaluga y su colega Lucía Pfeiff.
En tanto el uruguayo Raúl Alberto Zoboli Pegazzano es un viejo conocido de controladores de instituciones financieras estatales, cambistas, banqueros, corredores de bolsa, empresarios de diversa calaña, fiscales y jueces que lo han tenido en la mira, además de abogados penalistas o civilistas que lo han defendido o patrocinado tanto en Uruguay como en Brasil.
Investigado en varias ocasiones por lavado de activos y negocios turbios con empresas fantasmas en las últimas dos décadas, no solo supo sortear la cárcel sino que logró mantenerse activo en el mercado cambiario internacional y en el inquietante mundo de las operaciones offshore durante el esplendor de la opacidad de los paraísos fiscales.
Fue socio de Jorge Peirano Basso (representante del Grupo Velox) en Finambras, una empresa radicada en San Pablo dedicada al trasiego de dinero entre instituciones financieras (broker de cambios), títulos y valores inmobiliarios.